miércoles, 10 de febrero de 2016

(Breve) La alargada sombra del amor - Mathias Malzieu

Cargar con penas es necesario. El futuro en sí es necesario, se encarga de llenar la vida con sucesos inesperados. 
Mathias ha sufrido una pérdida. Toda su familia, de hecho, pero aquí él es el protagonista. El dolor canalizado, los pensamientos confusos y el corazón golpeado son los de él. Este adulto –aunque eso no importa- da una muestra muy clara de cómo todos cargamos con esa tristeza y vacío de nuestra propia forma, y todos los consejos y “preparación” carecen de importancia. 
En su búsqueda para sanar su alma triste, y recurriendo inconscientemente a su propia vida y personalidad, se encuentra con un extraño sujeto. El inesperado Jack, el gigante, que dándole un trozo de su sombra y otros conceptos se ofrece a ayudarlo con todo lo que su experimentada existencia aconseja
Con una narración llena de simbolismos de la experiencia e interpretaciones coaxiales, el autor llena este breve libro con distintos avances en la singularidad de la pena respirada con aires frescos de parajes de ensueño. 
Y si se preguntan por qué el párrafo anterior suena tan extraño: no se puede pensar de otra forma luego de terminar la historia de Mathias. Lo odié al principio y comprendí después. No lo tomo como un consejo, sino como una experiencia que como mucho se deduce: tal vez, solo tal vez, ayude cuando llegue el momento. 
La alargada sombra del amor presenta una reflexiva y casi surrealista visión sobre la pérdida de un ser querido -uno de los más importantes de nuestra vida- y cómo llegamos a lidiar con ella a partir de lo que somos (y lo que no sabemos que somos). 


La frase: 
-No debe burlarse de la muerte, señor, sobre todo cuando la tiene delante. 
-Qué oportuno, quiero luchar contra ella. Tengo una sólida sombra, me la dio un amigo gigante… 
-Usted puede luchar contra su propia muerte, pero no contra la de quienquiera que descanse aquí. Hay que aceptarlo, señor. 

La alargada sombra del amor, Mathias Malzieu. 154 p. Reservoir, 2011

¡Hasta la próxima!